Los lenguajes artísticos son un medio de expresión y comunicación de los sentimientos, las emociones, las vivencias y sensaciones de la persona.

Es habitual trabajar con diferentes lenguajes artísticos, incluso en un solo taller.

Al crear se genera un lugar para los deseos, representados, traducidos, ubicados en un marco simbólico. Sin censura, invitando a realizar los cambios y las transformaciones que permiten desarrollar nuestra potencialidad de ser.

 

 

Algunos de los lenguajes artísticos que suelo utilizar son: El movimiento corporal, la escritura, los materiales plásticos, los propios de la naturaleza, el teatro, la voz, la música y los instrumentos.

El MOVIMIENTO CORPORAL implica una exposición física y emocional. Permite fluir y cambiar de un estado mental a otro, más sensitivo e intuitivo, donde las emociones se sienten a flor de piel.

La ESCRITURA permite interiorizar una experiencia vivida, ponerle palabras, hacerla tangible. Conecta con el interior de la persona y ayuda a soltar emociones que pueden resultar abrumadoras.

Los MATERIALES PLÁSTICOS o los propios de la NATURALEZA, con sus diferentes texturas y funcionalidades, aportan mucha información y posibilitan múltiples formas de expresión.

Pueden recordar la infancia, la inocencia o lo absurdo quizás, desde el no saber o no hacer nada útil, productivo o digno de admirar. Esta predisposición es beneficiosa para recordar esa mirada genuina, donde te podías permitir hacer y crear sin objetivos, ni expectativas, por el simple hecho de disfrutar y experimentar, poniendo tu atención en el material y en la experiencia del momento.

El TEATRO permite expresar o representar distintos roles y formas de comunicación. Se obtiene mayor perspectiva para observar u observarse desde otro ángulo y contexto. Se adaptan varias técnicas que ayudan a abrir nuevos caminos de creación.

La VOZ es una herramienta muy personal, íntima y única. Se experimenta sin necesidad de entrenamiento previo. Invita a una autoexploración desde el juego, creando y escuchándose de dentro a fuera y de fuera a dentro. Puede llegar a ser muy liberadora, divertida y emotiva, aunque también reclama mucha presencia.

La MÚSICA y/o los INSTRUMENTOS suelen estar más presentes en sesiones grupales, permitiendo atender y explorar ritmos, tiempos y melodías internas. Puede inspirar a la creación, influir en las emociones, aportar armonía o caos del que aprender. De cualquier forma, no es indiferente.